jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Existe la fuerza espiralada?

“Dicen que hay una energía”. Como practicantes de taichi escuchamos que somos energía, que la energía viene de la naturaleza y es la misma que moviliza toda la vida en la tierra. Además esta energía siempre se mueve en forma circular (por eso todos los planetas y las estrellas son redondos). Y, al circular, forma espirales. Los maestros de taichi dicen que los movimientos que hacemos al practicar se generan a través de la energía espiralada.

“La teoría de la fuerza espiralada de rotación y los movimientos de trayectoria curva continua. Estas teorías desarrolladas por Chen Wangting (el reconocido creador del Taijiquan), ampliaron el concepto de Jingluo (meridianos de circulación de la energía vital Qi).

Todos los movimientos se agrupan en uno solo, siendo este la base: el enrollamiento y desenrrollamiento suave del hilo de seda del capullo; con este movimiento se asimila la energía interna.” (Extraído de http://taijiaustral.jimdo.com/curriculum-de-estudio/)

¿La energía espiralada existe? Si miramos la naturaleza a nuestro alrededor hay millones de ejemplos. Según la descripción del pensador japonés Tomio Kikuchi en su texto “Espiritualidad es espiralidad”:

“La realidad natural, normal, ordinaria, simple, tiene forma de espiral. Es fácil confirmar esta maravilla de la Naturaleza.

“El huracán no solamente derriba: arranca los árboles por la raíz y los lleva por el aire. Éste es un ejemplo importante de la función espiral.

“Todo esta hecho con espiralidad todas las personas tienen una marca espiral en el centro de la cabeza. (…) La espiral es una marca maravillosa de la historia, que, desde el útero, determina nuestra posibilidad evolutiva. Todo esta sintonizado con la enorme potencia de la fuerza en espiral de la Naturaleza.

“Todos usan la palanca pero no perciben lo que está ocurriendo. (…) La palanca es una cosa muy simple , la Naturaleza es muy simple.

“El movimiento en espiral es una palanca espiralada. (…) Todo lo que existe esta formado a partir de la función espiralada.

“Existen varios ejemplos. El Aikido es, típicamente, un entrenamiento de movimiento en espiral.” (Extraído de http://publicacionescirculodaikon.wordpress.com/2012/07/22/espiritualidad-es-espiralidad/)

En este sentido mi objeto cotidiano favorito es el sacacorchos, no sólo porque me gusta destapar un buen vino argentino, sino porque siempre me resulta admirable la fuerza de esa pequeña herramienta. No puedo creer que con un suave girar de la muñeca pueda sacar ese corcho que tiene tanta presión, que muchas veces ni siquiera puedo volver a meter en el pico de la botella. Es hermoso.

Aún así podemos seguir preguntándonos si esta energía existe porque de hecho no la sentimos. Para mí una clave está en ubicar el polo superior y el inferior del espiral, ahí está la fuerza y la potencia, tanto en el sacacorchos, como en el tornado, como en nuestro cuerpo. Cuando el sacacorchos está sobre la mesa no tiene fuerza. La fuerza aparece cuando hay tensión entre su arriba y su abajo.

Gracias a Newton nos damos cuenta de que una manzana que se desprende de un árbol es atraída hacia el centro de la Tierra. Todos los cuerpos del universo ejercen una fuerza de atracción. Por éso no somos una pasta adherida a la superficie de la tierra, porque existe otra fuerza que viene desde los otros cuerpos celestes y nos atrae hacia el cielo. Así nos mantenemos en un equilibrio mutuo: una fuerza nos tira hacia el cielo, hacia los cuerpos más grandes que la tierra, como por ejemplo el Sol y la Tierra nos atrae hacia su centro y nos mantiene en contacto con ella. Ésta es la polaridad yin-yang. Yin tirando de                                                                                         nuestros pies, yang tirando de nuestra cabeza.

Lo importante en nuestra práctica es sintonizar con la polaridad, esta fuerza única de tensión y presión que funciona de pies a cabeza y entender que cuando hacemos  fuerza, su dirección va en línea recta, pero el modo más efectivo, potente y natural, de hacerla es de forma espiralada. Así podremos ser como el sacacorchos y el tornado. Ésta es la tensión que organiza todas las espirales de nuestro organismo, desde el ADN, pasando pos nuestros músculos y tendones, nuestra columna, hasta nuestro cerebro. Desde cada pelo hasta nuestra totalidad. Pero creo que la relación de estos dos puntos extremos (organizados en  tres tantien, el superior y el inferior, interrelacionados a través del central), es la clave para llegar a ser conscientes de esta energía que nos da forma y a lo que nos rodea.


No dejen de ver este videíto, bello y sugerente.



domingo, 16 de diciembre de 2012

El número tres y el tantien

¿Por qué el tres es un número mágico? Desde chica siempre supe que es “a la una, a las dos, a las tres”, “la tercera es la vencida”, “no hay dos sin tres”, “pedir tres deseos”, “los tres Reyes Magos”, “las tres Marías”. Para los católicos, Dios está formado por tres, la  Santísima Trinidad.

En el taichi chuan se habla del tantien como centro del organismo. Está debajo de nuestro ombligo. No sólo es un centro geográfico sino que además, en esta zona se guarda la esencia que se transmite de generación en generación. Pero cuando profundizamos en la práctica del taichi, aprendemos que tenemos tres tantien o centros: el tantien inferior u original, recién mencionado, el tantien central o del corazón, que se encuentra en el medio del pecho y el tantien superior o espiritual que se encuentra en el medio de la cabeza, a la altura del entrecejo.


Tantien, en chino dān 丹 (rojo, elixir) tián 田 (campo cultivado), nos da la idea de que estos centros no son campos salvajes sino que se trabajan y cultivan con energía para obtener un elixir.

El número tres es muy significativo ya que los chinos, desde su origen, consideran que el número tres sintetiza la condición humana, define al hombre y a toda forma de vida, como ese punto donde interactúan las fuerzas del cielo y de la tierra. Como seres humanos, que a diferencia de los otros animales tenemos una posición erguida, estos tres tantien conforman una especie de torre o columna y, como dicen los chinos, animan un pequeño universo que responde al gran universo.

Así como el cielo y la tierra se unen en el ser humano, el tantien inferior u original y el tantien superior o espiritual se unen en el tantien central o del corazón. No debe ser casualidad que el carácter chino de corazón se escribe 心 (xīn) cuyos componentes radicales son tres gotas de agua unidas por un trazo. Para mí, allí en el corazón es donde se juega el ser individual de cada uno de nosotros. Un punto único de interconexión entre el cielo y la tierra, en el tiempo y el espacio.

Según la teoría de la antigua medicina china y del taichi chuan, el número tres organiza todo nuestro organismo.  Si bien los tres tantien organizan nuestra totalidad y nuestro ser con el universo, cada parte de nuestro cuerpo está organizada en tres: el brazo tiene tres partes (brazo, antebrazo y mano) la pierna también, pero a la vez una mano o un pie tiene carpo metacarpo y dedos, y a su vez cada dedo tiene tres falanges.

Confucio siempre hablaba de la importancia del centro. En taichi chuan tratamos de mantener el centro en medio de situaciones cambiantes. China en idioma chino se llama zhōng 中  guó 国, país del centro. El Tao Te Ching dice que “el uno genera el dos, el dos el tres y el tres, la miríada de cosas” (Cap. 42). Podemos pensar en los tres tantien como tres puntos y cada punto además se puede proyectar en un plano, como sugiere el nombre tantien, campo cultivado. Entonces el entrecruce de estos puntos y estos planos genera infinitas posibilidades.

Para entender el tantien es importante tener presente que no es una cierta cosa, no es esto o aquello, es una relación. Por esta razón creo que siempre le vamos a ganar a las computadoras y los robots, porque hay un punto único en el tiempo y el espacio donde se unen el cielo y la tierra. Está en el medio de nuestro ser, en el corazón de cada uno de nosotros, es ese tres milagroso justo antes de la miríada de posibilidades.