“Voy a
flotar como una mariposa y picar como una avispa”. Estas palabras del boxeador
norteamericano Mohamed Alí (Cassius Clay), me transmiten la idea de liviandad,
agilidad, claridad y precisión. Estas condiciones son fundamentales tanto en el
boxeo occidental como en el boxeo chino. Pero además, estas palabras me
sugieren que el ritmo está unido a una técnica rigurosa, como si debajo de los
golpes y bloqueos se escondiera una danza, no decorativa, sino una danza que
unifica todas las técnicas, todas las energías.
Para
nosotros, la música es una herramienta fundamental para aprender las formas de
taichi chuan. Usamos diferentes músicas. Cada una, con su ritmo particular, sus
cualidades y matices propios, sus palabras, nos ayuda a estudiar estos aspectos
en nuestro movimiento. Creo que cada uno de nosotros tiene un mundo de sonidos.
Con la música, podemos llegar a lugares profundos de nuestra persona y
conectarnos con nuestro corazón, nuestra razón y nuestros sentimientos. Al mismo
tiempo, podemos entrenar la concentración, y muchas destrezas físicas, como el
control de nuestros movimientos, la armonía y el rimo.
Yo siento
que el taichi chuan es como un árbol exótico, que viene de un lugar lejano. En
esta tierra, nosotros plantamos su semilla. Esta tierra no es sólo este lugar,
es un lugar adentro nuestro, nuestra tierra. Al ritmo de nuestras músicas,
crecemos, con nuestro taichi.
Jimena Carrillo
Bs. As., 24/01/09