Adentro de la quietud hay movimiento y, como la energía interna, se manifiesta desde adentro.
Todo se está moviendo y está cambiando constantemente. Hasta la Tierra, lo más estable del mundo, al rotar llega a recorrer 40.000 km en un día (28km/min en el Ecuador).
La práctica del taichichuan también nos enseña esto. Una parte muy importante del entrenamiento es lo que los chinos llaman “zhan zhuang, 站桩” (plantar poste), en castellano solemos decir “postura fija” y consiste en mantener una determinada postura entre cinco minutos y una hora. El hecho de tener que usar toda nuestra energía para mantener una sola posición nos puede volver rígidos, primero, cuando tratamos de hacer la postura correcta y segundo, cuando intentamos sostenerla. Sin embargo el gran desafío es mantener a cada segundo que pasa los principios del taichi: suavidad, fluidez e interconexión (entre cada una de nuestras partes, con nuestro entorno y a través del tiempo).
(Abajo, un par de videos chinos donde dos maestros de distintas artes marciales chinas explican el zhan zhuang o postura fija).
Vencer el sentimiento de ser piedras hasta sentiros como plumas ¿será posible?
La práctica y la costumbre parecen dos buenos vehículos para llevarnos a través de todos los cambios.
De paso, les recuerdo este capítulo del TaoTe Ching:
Cuando está vivo el hombre es suave y tierno
cuando muere, está duro y tieso
todas las cosas como el pasto y los árboles
son suaves y tiernos cuando están vivos
mientras que decaen y se secan cuando muertos.
Por lo tanto lo duro y lo tieso son compañeros de la muerte
mientras que lo suave y lo tierno son compañeros de la vida.
Por lo tanto, cuando un ejército logra ser fuerte puede ser diezmado.
Cuando un árbol crece grande y alto se lo puede talar.
Los fuertes y poderosos caen en la posición inferior
Los suaves y tiernos permanecen en la posición superior.
(Cap.76)
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