Contiene herramientas para investigar y acercarte a la China, una cultura milenaria y durante tantos años cerrada al resto del mundo que hoy se abre como una caja sin fondo que nos ofrece elementos simples que cada uno de nosotros puede traer a su ámbito particular, personal y profesional, sea desde el deporte, la medicina, el arte, la arquitectura, etc. para repensar y enriquecer nuestra vida. Un modo de observar la naturaleza para encontrarnos con nosotros mismos. Una caja una puerta.
Para mí estas palabras están llenas de fuerza y sabiduría. Las vi cuando fui a Merlo, San Luis, y visité el monasterio de las monjas benedictinas de clausura. Todos los sábados abrían a la comunidad las puertas de su santuario en la ladera de la montaña, para escuchar y participar de la misa cantada. En el camino que llevaba al santuario aparecía varias veces este cartel: “Cuidamos el silencio”, en referencia al voto de silencio que obedecen las hermanas. El santuario parecía, más que una casa, una cueva adentro de la montaña. Todo reflejaba pura sencillez y frugalidad. A mi me quedaron grabadas las palabras del cartel. “Cuidar el silencio” es como un primer acto de vivir.
En el silencio se abren los ojos de todos los sentidos, de la vista, los oídos, el tacto y todas las sensaciones físicas. Lo que importa es lo que aparece en ese momento.
El Tao también nos da imágenes sencillas y frugales de la vida de cualquiera de nosotros que me ayudan a repensar la mía. Y nada más simple que el silencio.
Si hay una imagen visual que serviría para este cartel “Cuidamos el silencio” sería “Blanco sobre blanco” de Malevich. Por otro lado esta imagen podría ilustrar una descripción que hace Lao Zi del Tao Te (la virtud del Tao):
(…)
Lo más blanco parece manchado
el cuadrado más grande no tiene esquinas
la vasija más grande esta incompleta
la música más grandiosa suena débilmente
la forma más grandiosa no tiene forma
el Tao está escondido y no tiene nombre.
Sin embargo es el Tao, el que origina todas las cosas
y las lleva a su consumación.
Cap. 41
Para encontrar el Tao de mí misma, cuido el silencio, el blanco manchado, el cuadrado sin esquinas, la forma sin forma.
El corazón, tanto en occidente como en China, está asociado al elemento fuego. La pasión, el coraje, la fogosidad son algunos de sus atributos. En la medicina tradicional china, al corazón también le corresponde el elemento fuego, el mediodía, el verano, el color rojo, el sabor amargo, el animal que lo representa es el caballo, que galopa sin descanso.
Sin embargo, en la escritura china este caracter se relaciona con el agua y se representa con tres puntos o gotas de agua unidas por un trazo. Una forma de interpretar esta letra es como un cuenco donde cae el agua, la esencia del cielo que da vida. El trazo largo representa este cuenco, el punto central es la gota de agua que cae en medio de los dos puntos laterales que representan el yin y el yang.
El fuego representa el aspecto físico del corazón como órgano interno y el agua, su aspecto mental y emocional. Estos dos aspectos están unidos por el hecho de que el corazón actúa a través de la sangre (corazón-fuego-yang, sangre-agua-yin).
El caracter chino contiene la idea de corazón como centro, como punto de intercambio de los principios yin (negativo-femenino) y yang (positivo-masculino). Es el punto central que posibilita todos los juegos de interrelaciones y les da sentido. Esta posición central también se da a nivel físico, del organismo, de las percepciones, de las emociones y también de los pensamientos, que terminan de organizar todas esas funciones. Los antiguos médicos chinos a veces comparaban a la persona con un país, en esa representación, el corazón era el rey.
El corazón es de fuego y es de agua y por eso mismo puede originar un universo. Según el Tao Te Ching, "El uno genera el dos, el dos genera el tres y el tres, la miríada de cosas". En nuestro corazón se encuentran el Yin y el Yang, generan el tres, y desde allí, las millones de posibilidades.
A raíz de mi cumpleaños, estaba pensando que ese día en que nací fue la primera vez que respiré. Qué maravilloso y qué aventura de la vida, todos estos años respirando. Me imagino que la plenitud de aquellas primeras respiraciones llenaba de oxígeno cada una de mis células. Por primera vez tomaba esta energía de vida por mi propia iniciativa.
Sin embargo también me dí cuenta de que tengo contracturas, zonas que duelen. Son lugares donde esta energía vital se bloquea, no circula con fluidez y no llega a proporcionar todo el oxígeno que las células necesitan. Me pregunto en qué momento de mi crecimiento hasta llegar a mi adultez fui obstaculizando mi respiración, me fui olvidando de estas partes, las fui entregando como si fueran un precio que pagar.
Cuando practicamos taichi o chikung tenemos la posibilidad de replantearnos esto. Una de sus exigencias es lograr llevar el oxígeno, la energía o “chi” (en chino, qi 气) a todas las células del organismo. Por eso a través del ejercicio entrenamos nuestra capacidad de optimizar nuestra respiración. Desde el punto de vista marcial, en taichichuan se habla de “llevar la energía (el chi) hasta la punta de los dedos”.
Lao Ze, en el Tao Te Ching habla de “volver al estado de la infancia sin deseos” como estado de simpleza original. No es fácil volver a respirar como cuando éramos bebés, con todo el cuerpo, por nosotros mismos y por nuestra vida. Cada vez que respiramos al hacer taichi o chikung, tenemos la oportunidad de llevar el aire, esa preciosa energía vital, a cada una de nuestras células, es algo que nos merecemos por derecho de nacimiento.
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“Unión original” es un ejercicio taoísta. Su nombre se refiere a la unión de cielo y tierra como origen de la vida. El ejercicio refleja el acto de respirar, cuando el aire o “chi”, esencia del cielo (yang) se une con la sangre, esencia de la tierra (yin). En ese momento somos fundadores de nuestra propia vida.
Aquí, un link para ver al maestro Liu Ming en los pasillos de la T.V Pública en La Red, donde realiza y explica unos ejercicios de taichichuan. El primero de ellos, que lo pueden ver a partir del minuto y 10", es “unión original”.
Y aquí unos fragmentos del Tao Te Ching
...
"¿Puedes concentrar tu fuerza vital y lograr la ternura de un niño sin deseos?"
...
Capítulo 10
"El que conoce lo masculino pero se mantiene en lo femenino
se volverá la quebrada del mundo.
Siendo la quebrada del mundo,
nunca se separará del De eterno
sino que regresará al estado de la infancia.
El que conoce la gloria pero se mantiene en la desgracia
se volverá el valle del mundo.
Siendo el valle del mundo,
se volverá competente en el De eterno
y regresará al estado de la simplicidad.
...
Capítulo 28
...
Cuando el sabio gobierna el mundo,
busca dejar de lado sus deseos personales
y ayudar a todos a regresar a la esfera de la simplicidad.
Mientras toda la gente presta atención a sus propios ojos y oídos,
él los hace volver a la esfera de la infancia sin deseos.
Capítulo 49